sábado, 19 de julio de 2014

PERSONAJES DE LA HISTORIA MEXICANA (MARGARITA MAZA DE JUÀREZ)

Margarita Maza de Juárez
(1826/03/29 - 1871/01/02)

Margarita Maza de Juárez 


Habiendo dedicado nuestra entrega anterior al gran Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, con estas notas presentamos una síntesis de la trayectoria de quien fuera su distinguida esposa, la señora Margarita Eustaquia Maza de Juárez, la cual, siendo hija de Don Antonio Maza, agricultor de origen genovés radicado en la ciudad de Oaxaca y de la señora Petra Parada Sigüenza; nació el 29 de marzo de 1826 y fue educada en los más rígidos principios morales de la religión católica. Como se acostumbraba entre las familias acomodadas de esa época, recibe formación educativa en su propia casa, a través de maestros particulares y con sus propios padres, quienes no solamente la enseñaron a leer, escribir y hacer cuentas, sino también a desenvolverse como una mujer educada, Doña Margarita Maza, abrevó desde los primeros años de su vida las ideas liberales con las que su padre simpatizaba. Como es ampliamente sabido en casa de la familia Maza Parada, prestaba sus servicios de empleada doméstica Doña Josefa Juárez García, hermana mayor de Benito Juárez, a quien éste recurrió cuando llegó de San Pablo Guelatao, a la edad de 12 años, habiendo  trabajado sólo unas cuantas semanas, mismas que le permitieron llevar una sólida relación de amistad con esta familia, a la cual visitaba de manera frecuente. Allí, siendo muy joven, vio nacer y crecer a Margarita, al tiempo que él iba preparándose como un estudioso del derecho y años más tarde, antes de concluir sus estudios empezó a cortejarla con la aprobación de sus padres y del confesor de la joven. Durante la etapa de su relación de noviazgo, ya Benito se había titulado de abogado y se desenvolvía profesionalmente en distintos cargos: ejerciendo su profesión en un despacho y desempeñando la docencia como profesor de física en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, del que más tarde fue Secretario. El casamiento entre ambos se efectuó en la iglesia de San Felipe Neri, el 31 de julio de 1843, cuando Doña Margarita Maza tenía 17 años de edad, habiéndose transformado su vida totalmente, ya que  después de haber vivido en forma tranquila y con una buena posición económica, toda vez que su padre era un productor y exportador importante de grana, pasó a vivir en un ambiente también amoroso, pero sujeto a constantes altibajos derivados de la actividad política en que se desempeñaba su esposo. Puede asegurarse que más que una mujer abnegada y sumisa a su marido, Doña Margarita se caracterizó siempre como una mujer enmendadora, valiente, inteligente y muy solidaria con la causa que defendía su esposo, estando ampliamente comprometida con el proyecto de país por el que luchaba Don Benito Juárez. Debe destacarse que hasta ahora, la vida y el pensamiento del más universal de los mexicanos, han sido objeto de numerosos ensayos y obras literarias; sin embargo, poco se ha difundido sobre la trayectoria de quien durante 28 años fue su esposa y lo apoyó moral y económicamente, en todos los momentos importantes de su carrera, y quien se consagró durante años, no solamente al cuidado y educación de los hijos de ambos, sino también al sostenimiento económico de la familia, sobre todo, en las etapas adversas y de cruenta lucha, que Juárez se vio obligado a sortear, para lograr la soberanía de la República Mexicana. En determinadas obras bibliográficas, se ha pretendido presentar a Doña Margarita solo como una seguidora del gran líder liberal que fue Juárez, sin embargo, la verdadera trayectoria de esta gran mujer nacida en tierras oaxaqueñas, fue la de una verdadera luchadora incansable y comprometida con las ideas liberales e involucrada radicalmente en la lucha política en que participaba su ilustre marido, aparte de ser la responsable única de la salvaguarda e integridad de la descendencia de ambos. La familia Juárez Maza creció y fue pródiga en hijos en el período comprendido entre los años 1844 y 1864, siendo un total de nueve mujeres y tres varones, sin embargo, en esos tiempos y por diversos factores, a nivel mundial, la mortalidad infantil, también era sumamente elevada, por lo que el matrimonio sufrió la pérdida de su hija Guadalupe en 1850, dándose también el fallecimiento de Amada en 1854, de Antonio en 1863, de Jerónima Francisca y José María en 1864. Doña Margarita Maza por mucho tiempo vivió sola con sus hijos, ya que Don Benito se vio obligado a dejar la familia para tener movilidad dentro y fuera del territorio nacional, para defenderse de las acechanzas de sus enemigos Santanitas, de los conservadores y los invasores imperialistas, habiéndose refugiado en Cuba y Nueva Orleáns. La vida de la esposa de Juárez, no fue de bienestar pleno, ya que ella también tuvo que emigrar con sus hijos hacia Veracruz y a la ciudad de Nueva York entre los años de 1865 y 1866.Durante las cuatro separaciones que el matrimonio Juárez Maza, tuvo que librar para salvaguardar a su familia, la única forma de comunicarse fue a través de cartas, en las que sin duda se nota el gran amor y cariño que se profesaban mutuamente; siendo particularmente doloroso es el contenido de la misiva que Doña Margarita le envía a su esposo, después del sensible fallecimiento de dos de sus hijos varones, acaecidos en Estados Unidos en 1864 y en 1865, en donde ella expresa: “yo estoy sin ninguna enfermedad, pero la tristeza que tengo es tan grande que me hace sufrir mucho; la falta de mis hijos me mata, desde que me levanto los tengo presentes recordando sus sufrimientos y culpándome siempre y creyendo que yo tengo la culpa que se hayan muerto….no encuentro remedio y sólo me tranquiliza, por algunos momentos, que me he de morir y prefiero mil veces la muerte a la vida que tengo; me es insoportable sin ti y sin mis hijos”. A principios de 1866, la situación económica de Margarita Maza y de sus hijos fue sumamente difícil, ya que carecían de recursos para afrontar el crudo invierno en la ciudad de Nueva York. En esa ocasión, fue Don Matías Romero quien salvó a la familia haciéndoles un préstamo de cuatro mil pesos que Doña Margarita solamente aceptó cuando tuvo la autorización de su marido. Cuando salen de Nueva York por ferrocarril, en el año de 1867, Don Matías Romero los acompañó hasta Baltimore, continuando el viaje solos por Cincinnati y Louisville, donde tomaron un vapor que los transportó por los ríos de Ohio y Mississippi hasta arribar a Nueva Orleáns, en donde fueron embarcados en el “Wilderness”, el cual los transportó tranquilamente hasta el puerto de Veracruz, en el que desembarcaron el 9 de junio de 1867, siendo recibidos con los honores que le correspondían a la familia del Presidente de la República, con los cañones de San Juan de Ulúa, disparando 21 balas de salva, con la presencia de las autoridades y del pueblo veracruzano que los colmó de muestras de entusiasmo y solidaridad fraternal. El día 2 de enero del 1871, Doña Margarita Maza de Juárez muere a la edad de 45 años, en la ciudad de México, víctima de una grave enfermedad del estómago, que fue minando su existencia en forma paulatina; la gran admiración y el respeto que le prodigaron los diversos sectores de la sociedad mexicana de aquellos años, no respondieron únicamente su calidad de ser la primera dama de la nación y esposa del gran Benemérito de la Américas, fueron ante todos un reconocimiento al gran mérito que ella obtuvo, por ser una valiente defensora de la gran causa republicana en un México que se encontraba fuertemente dividido entre liberales y conservadores y al mismo tiempo asediado por la voracidad de las grandes potencias extranjeras que trataban de dominarlo para quedarse con sus valiosas riquezas. Doña Margarita Maza fue sepultada en el panteón de San Fernando, acompañada por su esposo y un impresionante cortejo fúnebre. Las oraciones luctuosas estuvieron a cargo de Guillermo Prieto y Joaquín Villalobos, quienes exaltaron las grandes virtudes y el espíritu progresista que siempre caracterizó a Doña Margarita. Con el paso de los años en 1966, el Senado de la República rindió un merecido homenaje a la esposa de Don Benito Juárez, inscribiendo su nombre en letras de oro en la parte central del salón de plenos de la Cámara de Diputados, en donde se encuentran inscritos los nombres de los más grandes próceres de nuestra patria.

jueves, 3 de julio de 2014

PERSONAJES DE LA HISTORIA MEXICANA (BENITO JUÀREZ)

Benito Juárez

 

Benito Pablo Juárez García
(San Pablo Guelatao, México, 1806-Ciudad de México, 1872)

 (Nació en San Pablo de Guelatao, Oaxaca el 21 de marzo del año 1806 - murió en la Ciudad de México el 18 de julio del año 1872) fue un político liberal mexicano que gobernó durante 5 mandatos, ya sea de forma provisoria o electiva, como presidente de México. (1858-1861 interino) (1861-1865), (1865-1867), (1867-1871) y (1871-1872). Hijo de Marcelino Juárez y Brígida García, matrimonio indígena de humilde condición, Benito Juárez quedó huérfano siendo niño y cursó sus primeros estudios en su pueblo natal. De extracción indígena, habló solamente zapoteco durante gran parte de su niñez. En la ciudad de Oaxaca vivió con su hermana Josefa, quien servía en la casa de don Antonio Maza. Estudió en el Seminario de Santa Cruz, único plantel de secundaria que existía en Oaxaca. 
Posteriormente, Juárez estudió Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes. Fue regidor del Ayuntamiento de Oaxaca en 1831 y diputado local en 1833. Durante algún tiempo vivió de su profesión defendiendo comunidades indígenas. Al ser derrocado de la presidencia el general Paredes Arrillaga, Juárez resultó electo diputado federal, y le correspondió aprobar el préstamo que Gómez Farías había solicitado a la Iglesia (1847) para financiar la guerra contra Estados Unidos de América. Como gobernador de su estado natal (1847) procuró el equilibrio económico y ejecutó obras públicas: caminos, reconstrucción del Palacio de Gobierno, fundación de escuelas Normales; levantamiento de una carta geográfica y del plano de la ciudad de Oaxaca; reorganizó la Guardia Nacional y dejó excedentes en el tesoro. 
Al volver Santa Anna al poder, muchos liberales, entre ellos Juárez, fueron desterrados. Juárez fue a Nueva Orleans, donde, sin descuidar su actividad política, desempeñó diversos oficios para ganarse la vida. Mientras tanto en México se proclamó el Plan de Ayutla que desconocía a Santa Anna como presidente. Al caer Santa Anna y llegar Juan Álvarez a la presidencia, nombró a Juárez Ministro de Justicia e Instrucción Pública (1855). Desde este ministerio, expidió La Ley sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios (Ley Juárez), con la que fueron abolidos los fueros, privilegios que tenían los militares y el clero por encima de otras personas. Nombrado gobernador de Oaxaca, convocó a elecciones; como resultado de ellas, fue reelecto. Benito Juárez, promulgó en su estado la Constitución de 1857. Se le nombró ministro de Gobernación (1857) y posteriormente fue elegido presidente de la Suprema Corte de Justicia, durante el gobierno del presidente Comonfort. Al desconocer Comonfort la Constitución de 1857, y dar un golpe de Estado, encarceló a diversos ciudadanos, entre ellos Juárez. Este acto de Comonfort desencadenó la Guerra de Reforma. Al ser liberado (11 de enero de 1858), Benito Juárez, asumió la presidencia en Guanajuato por ministerio de ley. En julio de 1859, con apoyo del grupo liberal, expidió las Leyes de Reforma, que declaraban la independencia del Estado respecto de la Iglesia, la ley sobre matrimonio civil y sobre registro civil; la de panteones y cementerios, y el paso de los bienes de la Iglesia a la nación. Al concluir la Guerra de Reforma con el triunfo de los liberales, fue electo constitucionalmente para continuar en la Presidencia (15 de junio de 1861). Debido a la intervención francesa, en mayo de 1863 tuvo que dejar la ciudad de México, ejerciendo su gobierno desde diferentes puntos del país. Regresó a la ciudad de México el 15 de julio de 1867, después de que Maximiliano fue juzgado y fusilado. Por su defensa de las libertades humanas, defensa que sirvió de ejemplo a otros países latinoamericanos, fue proclamado "Benemérito de las Américas". Al triunfo de la República, Benito Juárez, dijo en un célebre discurso: "Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz". "Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las comunidades de la guerra, cooperaremos en el bienestar y la prosperidad de la nación que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes, y con la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo". En octubre de 1867 fue reelecto Presidente de México; se dedicó a organizar la situación económica del país, redujo el ejército, organizó una reforma educativa, ordenó sofocar los alzamientos militares y enfrentó la división de los liberales. Se mostró respetuoso ante la organización de los obreros y artesanos. En 1871 fue reelecto por última vez como presidente. Murió el 18 de julio de 1872.  Tras su muerte, a causa de un ataque cardíaco, el Congreso lo declaró Benemérito de la Patria y de las Américas.



miércoles, 2 de julio de 2014

PERSONAJES DE LA HISTORIA MEXICANA (JOSEFA ORTIZ)

Josefa Ortiz de Domínguez
(1768/09/08 - 1829/03/02)
Patriota mexicana 

(Valladolid, hoy Morelia, México, 1768 - Ciudad de México, 1829) Patriota mexicana y heroína de la independencia de México, conocida también por el apodo de la Corregidora de Querétaro. Nacida en el seno de una familia de españoles de clase media, Josefa Ortiz de Domínguez fue bautizada el 16 de septiembre de 1768 con los nombres de María de la Natividad Josefa. Su padre, Juan José Ortiz, fue capitán del regimiento de los morados y murió en acción de guerra, cuando ésta contaba con pocos años de edad. Tras la muerte de su madre, María Manuela Girón, se hizo cargo de su educación su hermana María, la cual solicitó su ingreso en el Colegio de San Ignacio de Loyola. Durante los años que permaneció en el colegio aprendió a leer, escribir y nociones básicas de matemáticas, además de lo que se consideraba en la época que debía aprender una señorita de su clase social, de este modo aprendió a bordar, coser y cocinar. En el año 1791 contrajo matrimonio con  Miguel Domínguez, el cual en aquellos años trabajó en la secretaria de la Real Hacienda y en la oficialía del virreinato de Nueva España. Gracias a sus buenas relaciones con el virrey Félix Berenguer de Marquina, Miguel Domínguez, fue nombrado Corregidor de Querétaro en el año 1802. Durante estos primeros años de matrimonio, Josefa por su parte se hizo cargo de las labores domesticas y de la crianza y educación de los dos hijos de su esposo, puesto que Miguel era viudo cuando contrajeron matrimonio. Todo parece indicar que la pareja fue feliz y durante los años que permanecieron casados tuvieron doce hijos. Además de estas labores domésticas, Josefa Ortiz de Domínguez se mostró muy identificada con los problemas de la clase social de los criollos, a la cual pertenecía por ser descendiente de españoles; ya que a pesar de las reformas realizadas tras la llegada de los Borbones a España (1700), se perpetuó la tradición de que fueran españoles, nacidos en la península, los que ocuparan los altos cargos de la administración virreinal y del ejército, relegando así a los criollos a los puestos secundarios. Josefa defendió sus intereses de clase y también se hizo eco de las reivindicaciones de indios mexicanos, los cuales vivían en condiciones lamentables. Por este motivo durante toda su vida, intentó que se reconocieran los derechos de los indígenas y además aprovechó su posición, como mujer del corregidor, para llevar a cabo numerosas obras de caridad. En 1808 se produjo la invasión napoleónica de España, la cual tuvo como consecuencia el inicio de la guerra de la Independencia y la formación de las juntas de gobierno, ante la ausencia de Fernando VII. Las noticias llegadas de España en 1808 parece que iniciaron el movimiento independentista de México, ya que tras las primeras muestras de apoyo al rey comenzó a fraguarse en algunas mentes la idea de separarse totalmente de España. Tras un intento fallido del virrey para formar una junta de gobierno independiente se produjeron las primeras conspiraciones destinadas a acabar con el orden establecido. Miguel Domínguez, como corregidor, apoyó al virrey en su decisión de formar una Junta de gobierno, pero ante la imposibilidad de llevar estos planes a la práctica, se hizo partidario de los ideales independentistas, parece que a instancias de su mujer, que se convirtió en una firme colaboradora del movimiento. Así, tras los primeros momentos de confusión, cada vez se hizo más claro para muchos, la necesidad de construir en México un Estado en el que imperaran los valores democráticos. Esto influyó notablemente en el matrimonio Domínguez, que abrió su casa a unas hipotéticas reuniones literarias, aunque en realidad se mantenían reuniones de carácter político, con posterioridad en ellas se tomarían decisiones para iniciar el movimiento revolucionario en la zona, bautizado tiempo después como la conspiración de Querétaro. A estas reuniones políticas en casa de los corregidores, acudieron algunos de los más famosos revolucionarios de los primeros momentos de la independencia mexicana, como es el caso de los capitanes Arias, Aldama e Ignacio Allende, el cual parece que fue pretendiente de una de las hijas de Josefa.
El 13 de septiembre de 1810 se informó al juez eclesiástico Rafael Gil de León, que se estaba preparando una conspiración en Querétaro para proclamar la independencia de México, puesto que se estaban almacenando armas en las casas de los simpatizantes del movimiento revolucionario. Rápidamente dicho juez informó al corregidor Domínguez para que interviniera en el asunto. Miguel Domínguez, aunque no participó de forma activa en las reuniones que se mantenían en su casa, conocía perfectamente a los implicados en la conspiración, pero fingiendo ignorar la situación, comenzó a realizar los registros que el juez le ordenaba. Tras informar a su esposa de que la conjura había sido descubierta por las autoridades españolas, decidió encerrarla en su habitación para evitar que informara a los implicados, en un intento de salvar a su familia y a él mismo de posibles represalias, puesto que eran conocidas tanto sus inclinaciones políticas como las de su mujer. Pero Josefa decidió intervenir y avisar a los revolucionarios. De este modo elaboró una nota con letras impresas sacadas de periódicos; para evitar que se reconociera su propia caligrafía; y decidió enviársela al capitán Allende a través del alcaide Ignacio Pérez, el cual cabalgó en busca del capitán y al no encontrarle en San Miguel el Grande, entregó la misiva al padre Miguel Hidalgo. Tras esta notificación de Josefa, el padre Hidalgo decidió adelantar el levantamiento a la madrugada del 16 de septiembre de 1810. En un principio, dicho levantamiento estaba previsto que se iniciara el 1 de octubre de ese mismo año. Miguel Hidalgo aprovechando su posición como párroco de Dolores, convocó a sus feligreses y les instó a luchar por conseguir un gobierno más justo y logró su propósito, puesto que la mayoría de los convocados eran indios, los cuales se encontraban en una situación precaria debido a las malas condiciones de vida y a las tremendas desigualdades que imperaban en la vida del virreinato. Gracias al aviso de la Corregidora, como se la apodaría popularmente en la época, muchos conspiradores pudieron escapar antes de ser detenidos por las autoridades virreinales. Pero Josefa no salió bien parada de su arriesgada acción. El 14 de septiembre, tras recibir noticias de Hidalgo, mandó una carta al capitán Arias, para que se preparara para la lucha, pero éste la delató y tanto su marido como ella fueron detenidos el mismo día que se produjo el grito de Dolores. Tras su detención, Josefa Ortiz de Domínguez fue conducida al convento de Santa Clara y su marido al de Santa Cruz, ambos situados en la ciudad de Querétaro. Miguel fue juzgado y destituido, pero fue liberado gracias a la intervención popular, puesto que durante los años que ejerció como corregidor había demostrado su apoyo a las clases más desfavorecidas, ya que con anterioridad, se había mostrado contrario a aplicar la medida propuesta por virrey, para sanear la economía y recaudar fondos, de poner en venta los bienes de las obras pías, instituciones benéficas que arrendaban tierras a bajo precio. Josefa, por su parte, fue trasladada a México D.F., en el año 1814 y fue recluida en esta ocasión en el convento de Santa Teresa. Tras celebrarse su juicio, fue declarada culpable de traición, a pesar de los intentos de su marido, que ejerció de abogado defensor. Los últimos años de cautiverio los pasó en el convento de Santa Catalina de Sena, considerado más estricto que los anteriores. La situación de la numerosa familia Domínguez fue precaria durante estos años, puesto que Miguel, gravemente enfermo, apenas si podía ver a su esposa y no disponía de ingresos para mantener a sus hijos. El virrey Juan Ruiz de Apodaca, se hizo cargo de la situación y reconoció a Miguel Domínguez el derecho a percibir un sueldo por los servicios prestados y liberó a Josefa en junio de 1817. Tras la proclamación de la Independencia, el 18 de mayo de 1822 Agustín Iturbide se proclamó emperador de México y ofreció a Josefa un puesto en su corte, para que fuera dama de honor de su esposa, Ana Duarte de Iturbide. Para Josefa esto fue del todo intolerable y renunció a ocupar el mencionado puesto, ya que pensaba que la constitución de un Imperio, era totalmente contraria a los ideales por los que se había luchado durante la guerra. En los últimos años de su vida Josefa Ortiz de Domínguez estuvo relacionada con los grupos liberales de carácter radical. En todo momento se negó a recibir cualquier recompensa, por el apoyo inestimable que había prestado a la consecución de la Independencia, ya que opinaba que no había hecho más que cumplir con su deber de buena patriota. Falleció en México D.F., el 2 de marzo de 1829, a la edad de sesenta y un años. Josefa Ortiz falleció a causa de una pleuresía  en la Ciudad de México. Sus restos fueron exhumados y llevados con grandes honores a Querétaro, donde reposan.

La pleuresía puede desarrollarse cuando se presenta inflamación pulmonar debido a infecciones tales comoneumonía o tuberculosis. Esta inflamación también causa el dolor torácico agudo de la pleuresía.